Llevamos seis meses luchando contra la pandemia del covid-19 y aún hay muchas personas que no creen en la utilidad del uso de cubrebocas como una medida eficaz para reducir el riesgo de contagio, disminuyendo así el numero de casos activos y fallecimientos.
Esta recomendación fue hecha por la Organización Mundial de la Salud y avalada por instituciones académicas serias y científicos expertos en el tema desde que se declaró la pandemia, la cual no fue acatada en muchos países, incluyendo el nuestro, por lo que ahora estamos sufriendo las consecuencias y a pesar de ello, hay evidencias por todo el planeta de millones de personas indiferentes a la gravedad del problema, lo cual podría interpretarse como una manifestación más de que estamos perdiendo el sentido de valorar la vida.
Tratando de concientizar la importancia que tiene el uso del cubrebocas en el control de la pandemia y hacer que más gente lo use, les comparto el enfoque que le da al tema el Dr. Benjamin Hoffman, director médico del Centro de Seguridad Tom Sargent del Hospital de Niños Doernbecher en Oregón, EU, publicado en el periódico NYT para reforzar el uso correcto en quienes ya lo están haciendo, y convencer a aquellos que aún no lo hacen.
El Dr. Hoffman hace una analogía con las campañas que se hicieron para concientizar y conseguir que la gente usara el cinturón de seguridad en el auto, el casco en la bicicleta y motocicleta y el condón para prevenir enfermedades sexualmente transmitidas, todas dirigidas en dar el paso inicial.
Todas estas medidas implican algún sacrificio de comodidad personal y conveniencia, sacrificios que parecen triviales para algunos y no mucho para otros. Así como nos convencimos del beneficio de usar cinturones de seguridad cada vez que estamos en el auto, aunque no esperemos chocar, necesitamos usar cubrebocas en público, incluso si no creemos que nosotros o las personas que encontramos tenemos el coronavirus.
Lo mismo sucede con el condón, la mejor analogía, usas un condón para protegerte, pero también para proteger a tu pareja. Preguntar a las parejas sexuales si tienen infecciones de transmisión sexual no es una buena estrategia, las personas pueden estar infectadas y no lo saben. Lo mismo sucede con el coronavirus. “Hay personas, no sabemos cuántas, que son asintomáticas o con síntomas atípicos que podrían estar en cualquier lugar, siendo positivas y sin saberlo”.
Las autoridades sanitarias deberían dirigir mensajes centrados en la necesidad de reconocer que es mejor usarlo que el no hacerlo. El usarlo no es cómodo, a nadie le parece ¡Guau¡ el traerlo todo el tiempo.
¿Por qué infraccionar a quien arriesga su propia vida al circular en motocicleta sin casco protector y no en la bici? Las campañas con mensajes de prevención de accidentes tratan de educar, sorteando las barreras culturales y caprichos individuales.
Debemos exigir protegernos y proteger a los demás y enviar el mensaje: “Estamos todos juntos en esto, todos estamos en riesgo”.
Las formas en que creamos hábitos en torno a otras medidas de seguridad rutinarias no son diferentes a la rutina del uso de cubrebocas, dicen los expertos. En nuestras manos está la prevención.
Por Ignacio Cardona | Vía milenio.com
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