Razer presentó en el Consumer Electronics Show (CES) el primer cubrebocas inteligente pensado para la comunidad gamer. El dispositivo conocido como ‘Project Hazel’ posee una serie de innovaciones que lo harán destacar entre los dispositivos de este tipo, surgidos a raíz de la pandemia actual.
La marca especializada en productos para gamers desarrolló este nuevo gadget, mismo que no solamente se puede utilizar mientras se juega, sino que es posible llevarlo en el día a día al interactuar con otras personas.
Para ello, el que es descrito por la misma marca como ‘el cubrebocas más inteligente y social del mundo’ posee filtros de grado médico N95, además de incluir en su llamativo diseño ventiladores activos que se pueden desmontar y recargar, así como Smart Pods encargados de regular el flujo de aire.
La parte central del cubrebocas de Razer es totalmente transparente; esto, con el objetivo que las personas con quienes interactuamos puedan notar una sonrisa o un gesto en la cara. Es particularmente útil para gente con algún problema auditivo que requiere leer los labios: así se convierte también en un dispositivo inclusivo.
Asimismo, integra un micrófono y amplificador para mejorar el habla de quien lo esté utilizando —debido a que, al utilizar uno de estos elementos, el volumen de la voz disminuye y puede provocar problemas de comunicación—.
Una curiosidad hasta divertida es que el cubrebocas posee luces interiores que se activan automáticamente en la obscuridad. De esta forma los usuarios pueden expresarse, incluso, en áreas con poca iluminación. Además, es posible activar dos zonas de iluminación personalizables que ofrecen 16.8 millones de colores, creando así efectos de iluminación dinámicos.
La caja en la que viene el dispositivo tiene una doble función, pues sirve para recargar la batería de los ventiladores y, de forma adicional, cuenta con luz ultravioleta para que ahí mismo se desinfecte de virus y bacterias.
Razer pensó en todo: este nuevo cubrebocas será fabricado con materiales reciclados para cuidar el medioambiente.
Vía Forbes
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