El cubrebocas hecho por ingenieras, ingenieros y diseñadoras mexicanas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores del Occidente (ITESO), ya está listo. A través de un comunicado de prensa, la universidad jalisciense informó que Brankia, proyecto liderado por el profesor Miguel Huerta Gutiérrez, estará disponible para su distribución a partir de este enero.
Tras exhaustivas pruebas relacionadas con la eficiencia de materiales, ergonomía y sustentabilidad, estudiantes mexicanos crearon un cubrebocas transparente, lavable, fácil de colocar y diseñado para ajustarse a la talla promedio de los mexicanos. Las mentes detrás de este nuevo producto son Andrea Zúñiga, de Ingeniería Industrial; César Iván Velarde y Oliver Mederos, de Ingeniería Mecánica; y Brenda Paulina Ramírez y Elena Michelle González, de la Licenciatura en Diseño, todos estudiantes del ITESO.
¿Cuáles son las características de Brankia?
Brankia está elaborado a partir de PVC flexible y cuenta con dos filtros intercambiables que retienen hasta 95 por ciento de las partículas aéreas; a diferencia de una válvula, los filtros impiden la entrada y salida de partículas. Y, de acuerdo al profesor Huerta Gutiérrez, los filtros deberán reemplazarse cada 72 horas para el uso óptimo del cubrebocas.
Algunos de los diferenciadores importantes que caracterizan este producto es que no necesita utilizar las orejas como soporte, por lo que resulta más cómodo que los cubrebocas de moda en el mercado; no se empañan los lentes y tiene un tratamiento antiempañante que se puede mantener después de cada lavado.
Aunque Brankia no es un cubrebocas apto para actividades que requieran altas demandas de oxígeno, sí es un producto incluyente. Gracias a que es transparente, permite que se vea la boca del usuario, así, las personas con discapacidad auditiva tendrán la posibilidad de leer los labios. Y es de manufactura local, por lo que reduce la huella de carbono y tendrá un costo aproximado de 50 pesos.
El uso de cubrebocas no médicos sigue siendo una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud(OMS) para evitar la propagación de COVID-19. Proyectos como Brankia no solo incentivan el uso de este artefacto de protección, también tienen una amplia conciencia y responsabilidad social como respaldo.
Vía Vogue
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